Dia de Difuntos, la vida sigue...
En ocasiones, extraños compañeros de viajes, bajadas
obligadas, voluntarias, alguna no programada, otras forzadas, ... Más de seis años ya que
desperté de una vida rutinaria, el hallazgo ocasional de un espacio virtual me hizo
hacerme la gran pregunta, ¿Qué habrá sido de mis compañeros laborales? Desde
entonces enganché mi vagón a este tren en cuantas ocasiones he podido hacerlo.
La vida ha continuado su curso y algún ser querido se ha bajado en su última
parada, tras su marcha desenganché voluntaria y definitivamente algunos vagones con un chirrido desagradable que no merecía la pena engrasar por su avanzado y enconado deterioro.
Es agradable deambular por los pasillos de este tren tan especial hasta llegar
al vagón-restaurante y disfrutar de tan grata compañía, sea cual sea la parada
donde se decida quedar. Es curioso recordar haber subido a un vagón de mercancías
como polizón cuando era pequeño y bajarnos en marcha, una marcha lenta, para
atravesar campos de cereales y llegar a un pueblo que se divisaba en lo alto de
un monte. Años más tarde fueron muchos los trenes que cogí, todavía hoy,
sigo enganchándome cada vez que me invitan y puedo hacerlo.
Esperemos que el trayecto sea de largo recorrido y podamos disfrutar plenamente del viaje hasta nuestra última parada.
Esperemos que el trayecto sea de largo recorrido y podamos disfrutar plenamente del viaje hasta nuestra última parada.
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